IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO


IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO
Desde su conversión a Dios, san Francisco profesó una grandísima devoción a los misterios de la pasión del Señor, y no cesó de meditar y de predicar, con su vida y su palabra, a Cristo crucificado. En septiembre de 1224, dos años antes de su muerte, se retiró al monte Alverna para consagrarse totalmente a la oración y la penitencia, y un día, mientras estaba sumido en contemplación, el Señor Jesús imprimió en su cuerpo -manos, pies y costado- los estigmas de su pasión. Le sangraban, le causaban grandes sufrimientos y le dificultaban su vida y actividades, pero no cesó de viajar y predicar mientras sus fuerzas se lo permitieron. En vida del Santo, sus compañeros más cercanos pudieron ver las llagas de manos y pies, y a partir de su muerte todos pudieron contemplar también la llaga del costado. Benedicto XI concedió a la Orden franciscana celebrar cada año la memoria de este hecho, probado por testimonios fidedignos.- 

Oración: 
Dios de amor y de misericordia, que marcaste con las señales de la pasión de tu Hijo al bienaventurado padre Francisco para encender en nuestros corazones el fuego de tu amor, concédenos, por su intercesión, configurarnos a la muerte de Cristo para vivir eternamente con él. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén

Alabanzas del Dios altísimo que compuso san Francisco después de su estigmatización: 

«Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas. Tú eres fuerte, grande, altísimo, rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, humildad, paciencia, belleza, mansedumbre, seguridad, quietud, gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción» (AlD 1-4).

IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS
DE NUESTRO SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO

TEXTOS DE LA MISA
Antífona de entrada Gál 6, 14
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Oración colecta
Dios de amor y misericordia,
que marcaste con las señales de la Pasión de tu Hijo
al bienaventurado Padre Francisco
para encender en nuestros corazones el fuego de tu amor,
concédenos, por su intercesión,
configurarnos a la muerte de Cristo
para vivir eternamente con Él.
Que vive y reina.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 6, 14-18
Hermanos:
Dios me libre de gloriarme
si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
en la cual el mundo está crucificado para mí,
y yo para el mundo.
Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión,
sino criatura nueva.
La paz y la misericordia de Dios
vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma;
también sobre Israel.
En adelante, que nadie me venga con molestias,
porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo
esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Salmo responsorial Sal 15, 1-2a. 5. 7-8. 11
V/. El Señor es el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Me enseñarás el sendero de mi vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Aleluya Gál 2, 19-20
Aleluya, aleluya.
Estoy crucificado con Cristo:
Vivo yo, pero no soy yo,
es Cristo quien vive en mí.
Aleluya.
EVANGELIO
El que pierda su vida por mi causa, la salvará
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 23-26
En aquel tiempo, dirigiéndose a todos, dijo Jesús:
-El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo,
cargue con su cruz cada día
y se venga conmigo.
Pues el que quiera salvar su vida, la perderá;
pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero
si se pierde o se perjudica a sí mismo?
Quien se avergüence de mí y de mis palabras,
también el Hijo del Hombre se avergonzará de él
cuando venga con su gloria,
con la del Padre y la de los ángeles santos.
Oración de los fieles
A Jesucristo, levantado sobre la cruz y traspasado por la lanza de un soldado, confiando en la intercesión del bienaventurado Francisco, alzamos nuestros ojos contritos y suplicantes.
-Tú que fuiste levantado sobre la tierra, atrae hacia ti los corazones de todos nosotros, pecadores.
Roguemos al Señor.
-Tú que fuiste clavado en la cruz, da a todos los oprimidos la libertad verdadera.
Roguemos al Señor.
-Tú que entregaste tu vida por todos, concédenos el don de tu Espíritu Santo.
Roguemos al Señor.
-Tú que fuiste traspasado por la lanza, alumbra en nuestros corazones la fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna.
Roguemos al Señor.
Señor Jesús, escucha las súplicas que tu humilde siervo Francisco te presenta por cuantos, como él, queremos sinceramente tomar tu cruz cada día y seguirte. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración sobre las ofrendas
Dios de bondad,
acepta la súplica humilde y devota
del Padre san Francisco en provecho nuestro,
y concédenos, por la fuerza de este sacrificio,
los frutos salvadores de la pasión de tu Hijo.
Que vive y reina.
PREFACIO DE SAN FRANCISCO
V/. El Señor esté con vosotros.
V/. Levantemos el corazón.
V/. Demos gracias al Señor nuestro Dios.
En verdad es justo y necesario
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno.
Porque has llamado
a la más alta perfección evangélica
a tu siervo Francisco
por el camino de la verdadera pobreza y humildad.
Encendido en el fuego de tu amor,
te bendijo en la contemplación
de las obras de tus manos
con cantos de júbilo y alegría.
Marcado con las llagas de Cristo,
nos mostraste en él
la imagen de Jesucristo crucificado,
Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Mt 16, 24
El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.
Oración después de la comunión
Oh Dios,
que en nuestro Padre san Francisco
de muchas maneras nos has mostrado
el sublime misterio de la cruz;
concédenos imitar su ejemplo de piedad y devoción,
y que la asidua meditación de la cruz
nos conforte y libre de todo mal.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición solemne
El Señor os bendiga y os guarde.
Amén.
Haga brillar su rostro sobre vosotros y os conceda su favor.
Amén.
Vuelva su mirada a vosotros y os conceda la paz.
Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Amén.


EFOFSRC


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